José Luis Martínez Olivares – Cuenca

. En una ocasión tuve que llamar personalmente a la empresa ya que hubo un imprevisto antes de una boda, el taxista acudió de inmediato y estuvo esperando mientras se solucionaba el imprevisto, para luego ir directos al lugar de la ceremonia y llegar a tiempo. Mi experiencia se resume en la profesionalidad y efectividad del servicio.

Desgraciadamente he tenido que subir al taxi de este señor… Mi madre (de 80 años y recién operada) y yo hemos tenido un problema con nuestro coche al salir del hospital y se lo ha tenido que llevar la grúa. El caso es que la aseguradora nos ha mandado un taxi para regresar a casa después de 4 días en el hospital. Tras el periplo que implica llamar a la grúa y demás trámites finalmente llega el taxi. Cuando llega José Luis Olivares (conductor y dueño de la licencia), nos dice que esperemos media hora más, que tiene otro servicio. Le decimos que lo sentimos mucho pero que mi madre está recién operada y lleva casi tres otras esperando entre que viene la grúa y demás… Este señor se pone hecho un energúmeno, hasta el punto de insultarme y tratarnos como ganado. Le digo que no hay problema, que llame a un compañero y vaya a realizar ese otro servicio y me dice que a nosotras no nos va a llevar ni el, ni ningún compañero… Finalmente hace algunas llamadas y decide que si que subamos, con tal falta de humanidad que le indico que mi madre se marea, que si puede subir delante (nosotros en todo momento con la mascarilla puesta y él sin mascarilla) y me dice que no, que suba detrás… Continúan los insultos y falta de respeto hacia mi y yo permanezco callada ya que lo único que quería era llegas a casa para que mi madre tomara la medicación e hiciera el reposo prescrito por el médico. Poco después de salir de la zona del hospital, llama a un compañero y le indica que nos va a dejar en «tal sitio», que venga a recogernos, que no quiere ir conmigo en el coche. Le digo que me parece buena decisión porque no vamos cómodos ninguno de los dos y también le ha sentado mal…. Finalmente nos ha traído un compañero suyo, educado y amable… Ya he hecho una queja telefónica a pelayo y haré otra por escrito presencial. Tengan cuidado con este hombre. No se si tiene alguna enfermedad o situación que le provoque entrar en ira de una forma inexplicable pero desde luego es un  peligro que ejerza una profesión como la de conductor de pasajeros ya que es evidente que tiene algún problema de salud.

Simplemente, vergonzoso.

Nulo servicio.