Si estás buscando un lugar con encanto en Cuenca para disfrutar de unas vistas espectaculares, el Puente de San Antón es el destino perfecto. Ubicado en la antigua entrada a la ciudad por la Carretera de Madrid, este puente ofrece una perspectiva única del casco antiguo reflejado en las aguas del río Júcar.
Desde el Puente de San Antón, podrás contemplar la Virgen de la Luz, patrona de Cuenca, en la cueva de la piedra, añadiendo un toque de misticismo a tu paseo. El paseo por el río Júcar es simplemente precioso, con el cuervo local como compañía, aunque a veces un poco pesado, ¡pero encantador!
Con una altura imponente, el Puente de San Antón te permite caminar por un camino por debajo, disfrutando de las vistas del Júcar, la desembocadura del Huécar y el casco antiguo. Es un lugar limpio y conservado, que merece la pena visitar y que debería potenciarse aún más para el turismo.
Si te gustan los patos y las aguas limpias, este es tu lugar ideal. Aunque es una pena que algunos visitantes no cuiden el entorno como deberían, arrojando latas de cerveza y botellas de plástico. ¡Respetemos este rincón tan especial!
El Puente de San Antón también cuenta con acceso para sillas de ruedas, lo que lo hace inclusivo y accesible para todos los visitantes. Así que no dudes en dar un paseo por este puente maravilloso, hacer fotos increíbles y disfrutar de la tranquilidad que ofrece el río Júcar en este rincón de Cuenca.
¡No te arrepentirás de visitarlo!