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Cuenca
entre la tierra y el cielo

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Y POR FIN LLEGÓ EL GÓTICO A ESPAÑA…. ¡Y ATERRIZÓ EN CUENCA!

¿Qué pasaría en la Europa del siglo XII para que en la serranía más aislada de la meseta española, donde reinaba la más absoluta sobriedad, se empezara a erigir casi de la noche a la mañana una catedral gótica anglo-normanda (es decir, ¡lo más cool del momento!)? Pues la responsable fue una mujer increíble, cuyo legado llega hasta… ¡nuestra actual princesa de Asturias! Una reina española que nace en Francia, que es a la vez princesa inglesa, que se casa a los 10 años con el rey de Castilla, el lugar de moda en la Europa medieval, y que se convierte por méritos propios en ¡la más importante influencer de la época!

¿Dónde y Cuándo?

Cuenca se encuentra situada en el centro de la provincia, en la comarca de la serranía. La capital de la región es una ciudad de mil colores, resultado de una mezcla única de un paisaje espectacular, una arquitectura irrepetible y decenas de sorprendentes parroquias que han configurado una ciudad muy especial en torno a una de las catedrales más asombrosas de España que, por sí sola, ya justifica una visita a la ciudad. Tras las lluvias de la primavera y al comienzo del otoño, cuando el clima es más benigno y la luz penetra por las vidrieras de la catedral, el templo cobra un protagonismo especial, brindándonos sonidos y colores que no se pueden disfrutar durante el resto del año.

los frutos de un matrimonio bien avenido

La forma de conseguir poder en la Edad Media europea era o por la fuerza o a través de alianzas matrimoniales. Gracias a estas, los gobernantes se hacían con nuevos aliados en las noblezas locales, lo que se traducía, entre otras cosas, en más riquezas y mejor protección frente a sus enemigos.

Esto es lo que debieron pensar los padres de Leonor de Plantagenet y los de Alfonso VIII cuando les casaron, con 10 y 15 años respectivamente. Sin duda, se trataba de un matrimonio muy conveniente para ambos: los padres de ella eran nada menos que los reyes de Inglaterra y Aquitania, y él no se quedaba atrás: era descendiente, por parte de padre, de los reyes de la Casa de Borgoña y del Condado de Barcelona, y por parte de madre, de los reyes de Pamplona y del mismísimo Rodrigo Díaz de Vivar —el Cid Campeador—. Vamos, que los dos eran lo que se dice ¡un buen partido!

No solo eso: en la Europa de la época, Castilla —lugar de paso hacia la tumba del apóstol Santiago y de transmisión de lo mejor de al-Ándalus hacia el resto del continente—, estaba de moda, y su rey Alfonso VIII, también; por lo que Leonor, que cumplía con los requisitos de belleza, linaje, educación y riqueza necesarios, se convirtió en lo que podríamos llamar ¡la it girl europea del momento! Alfonso no escatimó en agasajos hacia su flamante esposa y le concedió un muy generoso acuerdo matrimonial, que incluía los derechos y rentas de treinta ciudades, fortalezas y villas y la mitad de los territorios que conquistase a los musulmanes a partir de su matrimonio. ¡Y Leonor no lo desaprovechó! Con semejante respaldo patrimonial, se dotó de un influyente grupo de consejeros y cortesanos y un nutrido grupo de hombres y mujeres de todos los gremios a su servicio, y empezó un quehacer político, social y cultural ¡inmenso!, así como una increíble actividad como mecenas.

Leonor y Alfonso VIII llegaron a reinar juntos cincuenta y seis años y tuvieron 10 hijos. Este matrimonio no solo fue decisivo para Cuenca, sino para la corona de Castilla y para toda Europa.

¿POR QUÉ EN CUENCA?

¿Entonces qué crees que pasó en España y en particular en Cuenca para que fuera el lugar elegido donde construir la primera catedral gótica de España?

La gran mayoría de propiedades de los reyes de Castilla, Alfonso y Leonor, se ubicaban en el centro de Castilla, entre el Ebro y el Duero, pero ellos querían expandirse hacia el sur, llegando prácticamente a la frontera con los almohades por el Tajo. Cuenca era un lugar estratégico en sus pretensiones, ya que era el punto de unión de la meseta norte con la meseta sur. Después de varios intentos, la ciudad fue conquistada definitivamente en 1177 por Alfonso VIII, que involucró a su familia política, con la ayuda de los caballeros de Gascuña (Francia), para que le apoyaran en la causa común contra los sarracenos.

Con el fin de consolidar la conquista y repoblar estos territorios para que no se volvieran a perder, se trajeron gentes del norte de Europa. Esto implicaba un sinfín de novedades: por un lado, el dinamismo social que supuso, pues estos nuevos habitantes llegados de todo el continente traían consigo otras culturas, conocimientos de distintas técnicas artísticas y materiales, otras modas, otras músicas, otra gastronomía, etc., que serían un auténtico revulsivo para la sobriedad de la Castilla de la época.

Por otro lado, fue necesario adaptar la ciudad y crear nuevas infraestructuras para dar servicio a ¡miles de personas! Se erigieron varias iglesias, y en torno a ellas se definieron los diferentes barrios en los que se desarrollaría la vida cotidiana de los ciudadanos.

Este crecimiento de la ciudad a un ritmo vertiginoso, unido a la apertura a las nuevas ideas, técnicas y estilos procedentes del exterior, fue el caldo de cultivo que impulsó el nacimiento de un concepto totalmente novedoso de catedral, que daba protagonismo a la belleza, la luz y las grandes dimensiones, en una tierra donde hasta entonces reinaba un románico rural y tosco, propio del mundo guerrero al que pertenecía.

¡Imagínate el shock que tuvo que ser para la población local ver el impacto de la catedral sobre la ciudad! Esta construcción sería el mejor símbolo de la estrategia política de los reyes Alfonso y Leonor.

¿Sabías
Que…

…en la catedral de Cuenca puedes encontrarte hasta un zoológico exótico?

En los arcos de la girola y la sacristía de la catedral puedes encontrar una de las primeras representaciones de los habitantes que se encontraron en el descubrimiento de América y de sus animales. Los que más abundan son los armadillos y las tortugas, pero también puedes ver otras especies de tierras exóticas, como un pez globo o un dodo, que era un pájaro originario de Isla Mauricio (extinguido desde el siglo XVIII). Algunas de estas figuras fueron esculpidas probablemente a partir de los diarios de Colón.

800 AÑOS DE VANGUARDIA

Ubicada en pleno corazón del casco antiguo, justo en la Plaza Mayor de la ciudad, se erige la catedral dedicada a la advocación de Santa María y San Julián. La construcción tuvo la misión, como otros tantos espacios de culto, de ser un recinto multifuncional capaz de albergar una gran cantidad de público, donde se desarrollaban todo tipo de actividades litúrgicas y sociales. Por ello había que adaptar sus condiciones de iluminación, de acústica y medioambientales, condicionantes sumamente técnicos que la convertían en un edificio muy complejo.

Pero la catedral de Cuenca ha sido además un laboratorio de experiencias artísticas con más de 800 años de historia, donde se ensayaron grandes bóvedas y arcos apuntados que inspiraron a los mejores constructores del gótico europeo. Este templo no dejó nunca de sumarse a los sucesivos estilos arquitectónicos —gótico normando, gótico flamígero, herreriano, plateresco, neoclásico y neogótico— que fueron formándolo y también reparándolo. Todo ello es fruto de la apuesta por la innovación de la Iglesia católica, que ha estado mucho más a la vanguardia de la ciencia y la tecnología de lo que algunos piensan; una Iglesia valiente, que se la juega, que es mecenas de artistas y acoge las novedades acordes con las diferentes modas. En definitiva, la promotora de un edificio vivo que se reinventa constantemente al servicio de la sociedad.

Hoy día, la catedral de Santa María y San Julián sigue siendo una adelantada a su tiempo, abierta a las vanguardias, como evidencian las vidrieras diseñadas por Gustavo Torner, en coherencia con la actual vinculación de la ciudad con el arte abstracto. Torner fundó junto con Fernando Zóbel el Museo de Arte Abstracto Español Fundación Juan March de Cuenca, situado en las casas colgadas, que hoy alberga y exhibe de forma permanente una colección de pinturas y esculturas de las tendencias abstractas más significativas del arte en España a mediados del siglo XX.

¿Sabías
Que...

…en las vidrieras de la Catedral está representado el Big Bang?

Así es! Torner diseñó una veintena de vitrales de la catedral, en los que se alude al Big Bang, a los cuatro elementos, a la cadena del ADN y a las lenguas de fuego de Pentecostés, paradigma de una Iglesia comprometida con la ciencia, la vanguardia y la espiritualidad. ¡Para que luego exista la creencia de que la Iglesia no quiere saber nada con la ciencia!

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Cómo llegar

La capital  de la región se encuentra situada en el centro de la provincia, en la comarca de la Serranía. La ciudad de las casas colgadas se localiza a algo más de 150 kilómetros de Madrid y a 200 kilómetros de Valencia.

Llegar en coche:

Desde Madrid: la duración del viaje es de, aproximadamente, 1:30 horas, accediendo a Cuenca por la A-3 (salida 80) y la A-40.

Desde Valencia: la duración del viaje es de, aproximadamente, 2:15 horas, circulando por la autovía del Valencia (A-3) hasta la salida 242, continuando después por la CM-211 hasta llegar a la capital conquense.

Coordenadas GPS: 40º 4’ 29” N 2º 8’ 10” O

Descargar guía de viaje

Qué ver y qué hacer en Cuenca y sus alrededores

DOS CIUDADES EN UNA

La ciudad nueva, en la parte más baja de la ciudad, alberga también algunos edificios y lugares que bien merecen una visita, como la Torre Mangana, el recientemente inaugurado Museo del Túnel de la calle Alfonso VIII o la famosa calle San Francisco, ideal para tapear.

UNA CIUDAD LLENA DE VIDA

Cuenca es una ciudad llena de vida durante todo el año. Merece la pena hacer coincidir la visita con eventos tan afamados como la Semana de la Música Religiosa, conciertos, exposiciones, conferencias, ferias y mercadillos que se celebran continuamente.

PUERTA A UNA REGIÓN ÚNICA

La capital conquense se encuentra perfectamente comunicada mediante servicio de autobús con todos los municipios de la región. La visita a Cuenca puede complementarse fácilmente con visitas a otros fascinantes municipios como Valeria, Alarcón, Segóbriga o Uclés, entre muchos otros.

ITINERARIOS Y PROPUESTAS

1

LOS PILARES DEL CIELO

Cuenca es una ciudad que no se entiende sin sus templos. Más allá de la catedral y la iglesia de San Pedro, la ciudad de Cuenca alberga magníficos edificios religiosos que son el reflejo de la historia de la ciudad, pero también de la evolución del arte, la música o la arquitectura conquenses. Las parroquias del Salvador, la Virgen de la Luz y San Esteban Protomártir, el seminario conciliar (un impresionante edificio donde se puede pernoctar) o el Museo Diocesano son verdaderos tesoros que constituyen una visita imprescindible para conocer y comprender a fondo los orígenes y la historia de la ciudad.
2

UNA CIUDAD EN MITAD DE LA NATURALEZA

La capital conquense se encuentra en plena armonía con la naturaleza. Conocer Cuenca no solo es visitar la ciudad, sino también disfrutar de los paseos y paisajes que la circundan. Entre los lugares más sorprendentes y desconocidos de Cuenca se encuentran emplazamientos como los Ojos de la Mora, el hocino de Federico Muelas, el antiguo acueducto de Cuenca, el mirador del cerro del Socorro o los pintorescos pueblos de alrededor, como Valdecabras, Villalba de la Sierra y Arcas y su complejo lagunar.
3

CUNA DE VANGUARDIAS

Cuenca siempre ha sido fuente de inspiración para artistas y escritores y un verdadero centro de creación y conocimiento. Por toda la ciudad se encuentran repartidos numerosos museos y centros de arte tradicional y contemporáneo de obligada visita, como el Museo de Arte Abstracto, el Espacio Torner, el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, la Fundación Antonio Pérez, el Museo de Paleontología, o el sorprendente Museo del Tesoro de la Catedral. La capital conquense es un lugar excelente para vivir la ciencia y el arte en primera persona.

Más sobre Cuenca

Posiblemente, el paisaje más icónico de la capital conquense lo ofrecen el puente de San Pablo y las casas colgadas, edificios suspendidos sobre el acantilado de la hoz del Huécar que dan la bienvenida al visitante. Solo tres de estas joyas de la arquitectura gótica son hoy día visitables, siendo una de ellas el emblemático Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, que alberga obras de autores tan conocidos como Zóbel, Chillida, Tàpies o Torner. Es indispensable recorrer el casco histórico y las hoces del Júcar y el Huécar para maravillarse con las sorprendentes construcciones suspendidas sobre el abismo que caracterizan a la ciudad. El Ayuntamiento de Cuenca dispone de una completa web que proporciona información sobre los principales enclaves turísticos de la ciudad.

La Catedral de Santa María y San Julián, primera catedral gótica de España, es una de las joyas desconocidas del patrimonio español. Construida “por error” e inacabada por una serie de casualidades, los muros de la catedral de Cuenca invitan a los visitantes a conocer su apasionante historia. Las torres de su fachada, que se derrumbaron a principios del siglo XIX, nunca llegaron a ser reconstruidas, permaneciendo inconclusa hasta nuestros días. La Catedral de Cuenca dispone de una interesante página web que proporciona información especialmente útil para preparar la visita con antelación.

En el punto más alto de Cuenca se encuentra el barrio de San Pedro y el Castillo, el más antiguo de la ciudad, que funciona como una diminuta ciudad y mirador que transporta al visitante a la Edad Media sin salir de Cuenca. Además de los imponentes paisajes de las hoces del Júcar y el Huécar, esta zona alberga algunos de los tesoros más importantes de la capital como la iglesia de San Pedro, la más representativa de las parroquias conquenses, edificada sobre una antigua mezquita.

El barrio del Castillo es solo una de las muchas pequeñas ciudades que esconde la capital conquense, cada una con su propia historia centenaria. San Martín, el primer barrio de España con rascacielos, o San Antón, el arrabal que se ha erigido en epicentro del arte callejero, son buenos ejemplos de las ciudades secretas que esconde Cuenca.

La ciencia y
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